Escribir por escribir, eso es lo que haré hoy, la verdad es que no tengo claro ningún tema en especial y mi cabeza llena de ideas no para de girar y girar, como cuando tienes un chuchaqui bestial, para mi este es el chuchaqui de las ideas, de los pensamientos, de los reproches, de las cosas ganadas, de los casos perdidos. Las palabras se agolpan detrás de mi retinas, como si quisieran salir de mis ojos directo a la pantalla y son tan rápidas que por más que trato de seguir su ritmo, por ahí una que otra se me escapa y debo detenerme a buscarla, mientras por ahí se me pierde otra palabra fugitiva que iba a dar paso a otra idea.
Es impresionante como todo puede cambiar tan de repente. Siempre he creído que los cambios son buenos, aunque siempre en el proceso tengas uno que otro traspié. Pero no deja de maravillarme todo lo que implica. No solo es tu alrededor, es tu forma de pensar, incluso la forma de ver las cosas cambia, cambian las actitudes, cambian los compromisos, los amigos, los hábitos, los vicios, se busca siempre mejorar, la idea es esa, por lo menos para mí, y en ese afán de mejorar vas dejando cosas atrás, por lo general cosas malas, pero como tiene efectos colaterales dejas cosas buenas, quizás por autodefensa, quizás por descuido, o simplemente porque así debe ser.
Desde que inició este año, pasé a la zona desconocida de los cambios, empecé una relación con alguien totalmente desconocido, que de a poco se ha ido ganando no solo mi aprecio, sino mi admiración, mi cariño, mi ternura, mis ganas de darle lo mejor posible. Es una persona totalmente diferente a mí y fuera de mi esteriotipo de pareja. Es alguien fuerte de sentimientos, fácilmente confundido con insensible (pero está demostrado que no lo es), descomplicado, trabajador, una verdadera guía, pujante y sobre todo muy comunicativo. A quien le gusta la música alegre, la música de farra o de joda, muy opuesto a mi, que me encantan los clásicos, el rock de los 80’s y 90’s, que soy feliz escuchando violines y buenos acordes de guitarra, prefiero perderme en el sonido de una batería a escuchar el último hit de la salsa o de reggaeton. Es un hombre muy activo, quizás hiperactivo, mientras yo reclamo por tranquilidad, por momentos de simplemente no hacer nada y disfrutar del silencio. Alguien que en un solo día me hizo por fin entender porque la depresión es algo que no debe existir en mi vida. Quizás tan diferente que no hay como explicarse que estemos juntos, pero así es la vida creo que polos opuestos se atraen. Sorry por alargarme en esto, pero desde hace rato tenía ganas de contarlo jajajajajaja. Bueno, para no perder el hilo, esta nueva persona trajo consigo la ayuda para la consecución de uno de mis sueños más grandes, por fin tener una casa, un lugar mío y de nadie mas, un lugar que podré decorar a mi manera y donde podré escuchar la música que me gusta a todo volumen sin que nadie me moleste, donde podré andar como quiera sin pensar en si esta bien o no. Pero el alcanzar este sueño, conlleva dejar otros a un lado momentáneamente, así que por un tiempo dejaré de viajar, de salir, de darme los gustillos vagos cuando ando en mis días, y esto me ha puesto como gato erizado de vez en cuando. La presión de regresar a casa de mis padres hasta que me entreguen la mía, porque no puedo darme el lujo de seguir en mi depar y pagar dos rentas, prácticamente me está volviendo loca. Pero el esfuerzo vale la pena.
Otro cambio es que definitivamente la que era mi mejor amiga dejó de serlo, así porque sí, de un día a otro y me pregunto mil veces si las mejores amigas se pueden dejar así, lo pienso y lo pienso y a la única conclusión que llego es que quizás nunca lo fuimos. De pronto fui yo el problema, de pronto y como algún día pensé, no correspondo el cariño de las demás personas correctamente. Muchas veces me sentí ingrata, muchas veces me sentí egoísta y la verdad es que aprendí a extrañar muy poco.
Releo lo que he escrito y parece como si estuviera contándole a breves rasgos mi vida a un diario jajajajaja. Lo que hace la necesidad de dejar plasmado algo en la historia.
El cambio se ha dado de tal forma, que hasta mi cuerpo está cambiando y veo la ingesta de ciertas pastillas tan vecina que de solo pensarlo me da coraje. Deberían de hacerle entender a mi cuerpo que detesto tomar pastillas y por eso no debe enfermarse ni portarse tan huevon como se está portando. Pero bueno, a hacer caso para poder tener bebes en un futuro.
Tengo 28 vueltas bien recorridas, he hecho casi todo lo que he querido pero aún no entiendo como es que mi cabeza aún no para de desear cosas. Es impresionante como a veces se me entran las ganas de vestirme como una rockera de los 80’s con una mini, unas botas de constructor, una blusa de tiritas negra y maquillarme como una gótica. Ir a un concierto de rock y hacer mosh como nunca lo he hecho en mi vida. O quizás agarrar una mochila meter tres mudas de ropa, pares de ropa interior y hacer dedo hasta donde me lleve la vida. Quizás un psicólogo podría decir que siento la necesidad de huir o escapar de algo. De hacer algo que me satisfaga al punto de por fin saciar mis ganas de vivir al extremo, pero tampoco lo creo así. Creo mucho en las señales, en los sueños, en los consejos y en los mensajes que llegan a mi, así sea de una valla publicitaria de la que no me había percatado a pesar de haber pasado por el mismo lugar durante meses. Pero la verdad es que ahora último creo que he perdido esa conexión mágica que solía tener con el universo. Me siento tan inerte, tan falta de todo, creo que todo podría resolverse con unas vacaciones, pero bueno ya habrá tiempo. Por ahora no me queda nada más que escribir por escribir, seguir el ritmo mientras pueda y cuando llegue la hora estar dispuesta a subirme al tren de la vida nuevamente.
Alice
Outside wonderland!