Lo que no apreciamos por estar ocupados tratando de obtener más dinero para comprar más tiempo.
No apreciamos que estamos vivos, que tenemos la gracia de levantarnos de la cama un día más en un país que no está en guerra.
No apreciamos que tenemos salud, que estamos bien físicamente y no dependemos de nada ni de nadie para andar libres por la vida.
No apreciamos que nuestros hijos estan sanos, están creciendo y aprendiendo de cada cosa que ven a su alrededor.
No apreciamos a la pareja que tenemos al lado, aquella que se levanta con una gran sonrisa y te dice que te ama todos los días, cuántas personas en el mundo no tienen eso y es lo que más anhelan tener.
No apreciamos que tenemos salud, que estamos bien físicamente y no dependemos de nada ni de nadie para andar libres por la vida.
No apreciamos que nuestros hijos estan sanos, están creciendo y aprendiendo de cada cosa que ven a su alrededor.
No apreciamos a la pareja que tenemos al lado, aquella que se levanta con una gran sonrisa y te dice que te ama todos los días, cuántas personas en el mundo no tienen eso y es lo que más anhelan tener.
¿Que si tengo que agradecer algo?
Tengo que agradecer muchísimo, tengo todo lo mencionado anteriormente, tengo que agradecer por tener un esposo maravilloso con sus perfectas imperfecciones, el que me apoya en todo lo que hago, quien siempre está ahí, quizás no sea un romántico empedernido o un bailarin, pero su mirada es sincera, su acciones hablan por él y me demuestran el amor que me tiene.
No es un poeta, no es un escritor o un narrador de historias de hadas, pero cada vez que me dice que me ama, realmente siento que lo hace, ya no tengo la duda de si es verdad o no cada vez que escucho esas palabras, y esa es quizá la más grande bendición.
Ahora probablemente si puedo afirmar eso de que Dios no nos da lo que queremos, sino aquello que realemente necesitamos. Para mi, lo que realmente necesito, es a él, con todo lo que no tiene y a lo que quizá en algún momento estuve acostumbrada, el tiempo supo enseñarme que vale más una acción que me haga sentir feliz en el momento, a una palabra que endulce mi oido y me haga soñar con un momento en el que sería feliz pero que nunca llegará.
El tiempo me enseñó que vale más tener a alguien que me ayude a cuidar mi jardin, que alguien que me regale rosas moribundas.
El tiempo me enseñó que es más importante darle mi tiempo a quien realmente demuestra que es feliz con mi compañía y no a quien yo pensaba que podría necesitarla.
La felicidad de mi día a día sale de mi corazón lleno de amor, por mi esposo, por mi hija, por mi familia, por lo que hago y aunque al final del día termine muerta de cansancio, mi descanso es placentero y me recarga de energía para seguir al siguiente día.
Mona