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miércoles, 27 de marzo de 2019

Discusiones a puerta cerrada después de un día de mierda


Hombre sin rostro, ese eres tu 
- ¿por qué?
¿Te parece poco no ser quien realmente quieres ser?
- Es de mala educación responder a una pregunta con otra
Tienes razón, lo siento. Pero a ver, no eres quien aparentas ser, al menos no para mi.
-Explícate
Pues, para mi eres luz, eres poesía, eres sensibilidad, pasión, música, sexo, el libro que leería una y otra vez, café por la mañana después de devorarme hasta el alma y un loop infinito de todo eso. 
Y para el resto, no eres más que un hombre cualquiera, atado a la rutina, viviendo una vida aburrida sin dirección ni ambición, que sonrie como lo hacen los muñecos pintados.
- Tremenda letanía la que te has mandado, no se si sentirme halagado o irme de aqui.
Sientete como quieras, no estoy pidiendo tu aprobación o confirmación de lo que he dicho. Tampoco espero que te quedes.
- Es mi idea o estás agresiva hoy?
Probablemente, o no. Simplemente llega un momento en el que el cántaro se rompe y el sexo no basta. ¿Sabes qué es lo que más me toca?
- ¿Qué?
Que lo sabes y hasta cierto punto disfrutas de este momento. Estas entre el ego que se infla y la insatisfacción de no poder hacer nada.
Has sido y eres ese que siempre intenta hacer las cosas bien, pero tiene un pequeño demonio por dentro. El pequeño demonio te empuja siempre a tener pensamientos de una vida distinta, una vida más libre o más libertina y tu conciencia por su lado siempre te empuja a tener que hacer las cosas bien, y ahí estás debatiendote entre lo que está bien y lo que podría estar mal. ¿Cuánto tiempo más ganará tu conciencia? 
- Estás loca, vete a la mierda
Pues si, me voy, pero primero te vas tu.

El tirón de puerta pudo haberla roto.
Ya nada, ya está rota.

domingo, 3 de marzo de 2019

A veces

A veces solo se necesita a los amigos y la música correcta para atender el corazón.

Mona

¿Qué nos detiene a ser normales?

Que nos detiene a ser normales?

Empecé a escribir sobre esto en la oficina. Toda estructurada yo, empezaba con la definición de normal. Pero bueno, ahora tengo tres copas de vino dentro de mi y la definición de normal se puede ir bastante a la verga por mi lado.

Que me detiene a mi a ser normal?

Esa puta ideología encapsulada que nos meten en la mente desde chiquitas. Ay no una niña no hace esto, no hace aquello. No corre, no juega juegos de hombres, no anda sucia por andar correteando. En eso tengo que agradecer mucho a mis padres, siempre dejaron que sea libre, y así, crecí haciendo lo que me hacía feliz. Si andaba con las piernas chorreadas de mugre de tanto correr y revolcarme con los amigos del barrio no pasaba nada. De eso se trataba para mi ser feliz en esa época.

Luego en el colegio, las señoritas se visten bien, con la falda debajo de la rodilla, bien peinadas, bien sentadas, bien portadas, veían novelas después de los deberes, conversaban de sus "novios" y de cómo sería el matrimonio. Por Dios que martirio que fué, me anulé mentalmente por no ser normal, yo no era así, eso era ser normal y yo no podía serlo.

No podía andar linda como las otras chicas, no tenía ni amigos, estaban vetados para mi. Estaba en tercero y ni siquiera había visto una menstruación. Me sentí fea, me sentí un fantasma, ser normal era simplemente imposible para mi.

Casi al terminar el colegio seguía siendo parte del grupo creepy del colegio. De las que jugaban volley, escuchaban rock, y no tenían nada parecido a un novio. Por lo menos no saldría embarazada del colegio. Seguía siendo anormal.

Luego conocí amigos y lo conocí a él. A otro anormal, andaba en la misma frecuencia que yo, en el mundo de normalidad en el que vivía siendo anormal, conocí por fin a alguien con quien podría compartir mi anormalidad. Se fue, también a intentar vivir su vida normal.

¿Rebeldía? ¿Ser diferente? ¿Estar fuera de la caja?
No se que me motivaba, aún no lo sé, aún siento que debo ser The great pretender para tratar de que me vean cómo la personal normal que esperan. Aunque de vez en cuando se me nota lo anormal.

¿Pero por qué querer ser igual al resto? ¿Por qué pretender que se está a gusto en algún sitio cuando no es así?

¿Compromiso? ¿Hacer bien las cosas? Para qué?

¿Cuál es el puto objetivo de querer hacer lo que los demás esperan de ti?

Ahora, después de tantos años puedo decir que la vida me domó, que casi que me creo que soy normal, que hago lo que esperan de mi, que doy lo que esperan que de vez en cuando le permito a mi alma salirse un rato y deambular sola, y me quedo un poco vacía, lo sé, eso es anormal, pero no se lo digan a nadie.

No hay una puta regla, no hay una puta recompensa, simplemente se hace lo que se siente. Así debería de ser.

Desde la caja...

Mona