Llegas como una suave brisa,
De esa que refresca cuando más se necesita,
La que acompaña y contiene.
Llegas con ese estilo desenfadado,
Siendo un punto rojo y brillante,
Entre la blanca rutina de la vida.
Llegas libre y ligero,
Sin cargas agobiantes,
ni frustraciones delirantes.
Solo, con tu sonrisa y voz grave.
Así llegas, viajero de otro mundo
a apagar la soledad de este corazón endeble y triste.
El tiempo se detiene,
¿cuánto tiempo será esta vez?,
me espanto los pensamientos y disfruto la quietud,
la luz, la sonrisa y los mirada de esos ojos penetrantes.
Tic tac, tic tac, tic tac.
Se acabó el tiempo.
Llegas, alumbras y te vas.
Buen viaje!