Era una mañana nublada, los planes habían cambiado a última hora, pero la esencia se mantenía. Ese era su fin de semana, su respiro, su despertar, lo que le permitiría cerrar ese capítulo tormentoso que la agobiaba. Su cita ya la esperaba en el lugar acordado, a unas cuantas cuadras de su casa y en el apuro hasta se olvidó de su cepillo de cabello (groso error, que haría con sus churos difíciles de domar?), pero no importaba. Salió casi corriendo y se encontró con él, quien la acompañaría y ayudaría a cambiar el rumbo de su historia (aunque esto aún no lo sabía). Ella insistió en tomar un bus, llegaron al terminal e hicieron fila para alcanzar lo tickets que los llevarían a su destino, su querido Olón, testigo de tantos episodios de su vida y que ahora haría las veces de relajante mental y exorcisador de demonios.Les tocó esperar mucho, llegaron a las 10:30 y consiguieron los anhelados tickets para las 15:00 pm, pero no importaba, no había prisa. Byron propuso hacer tiempo comiendo primero, aunque para ella eso de comer no era más que un formalismo, como sucedía ultimamente a penas probaba lo que le servían, esta vez no fue diferente y se obligó a comer una humita y beber un café negro como a ella le gusta. Por el contrario Byron comió hasta saciarse, siempre fue así, lo que le dió tiempo a ella de hablar, exorcisar con las palabras los demonios que llevaba dentro y así lo hizo, poniéndolo al corriente de lo que la tenía mal y de lo que había sucedido después de más de 10 años de estar casí que incomunicados, él era su amor platónico del colegio y quien nunca le dió bola cuando ella estaba interesada y ahora por azar de la ruleta llamada vida se juntaban de nuevo. Nada sucede por casualidad, se preguntaron por amigos en común que no habían visto, por la familia, por los trabajos, y hobbies, simples formalismos para ir quitando de a poco las capas de cebolla que suelen cubrir nuestros corazones.El como siempre no bebe ni fuma, ella por el contrario ahora se desayuna, almuerza y cena una cerveza y cuando se puede un cigarrillo, ha llegado a creer que su cerebro sustituyó la necesidad de comida por esta bebida que la atonta un poquito.Ya no era tan sensible como antes, su corazón ya contaba con muchas cicatrices pero seguía siendo el mismo chico tierno y caballero que la mantuvo ilusionada en el pasado. Durante el viaje ella prefirió hacer ayuno de palabras y solo escuchó música y observó el paisaje que tantas veces había visto ya, pero ahora desde otra perspectiva, aunque todo era igual, a sus ojos todo había cambiado.Llegaron a la misma hostería a la que ella solía ir, estaba clausurada por el Ministerio de Turismo, pero ella consiguió que les dieran una habitación para los dos. Se cambiaron y se fueron a la playa, ella se compró una cerveza más y con el destapar de la botella abrió su corazón, poco a poco los recuerdos salieron y lloró, lloró mucho para limpiar su corazón, él fue paciente, y permitió que ella expulsara todo su dolor. Rodeándola con sus brazos enjuagó sus lágrimas con ternura y le prometió días mejores, días en los que habría que luchar pero que seguramente auguraban mejores cosas, días de tranquilidad para sanar las heridas. Fueron a comer y esta vez pudo hacerlo, quizás todo eso que llevaba dentro le impedía hacerlo. Luego regresaron a la hostería a descansar.Todo fue raro al principio, hacía mucho que no sabían nada de ellos, eran diferentes ahora, ella estaba más linda y el un poquito más gordo, pero empezaron a jugar los juegos de antes, se reconocieron en cada juego, en cada palabra, en esas canciones de antaño que a ella la hacían suspirar. La noche transcurrió... Amanecieron juntos viviendo lo que él en algún momento había soñado y se había prohibido divulgar y que ella había deseado. Ella no quería estar con cualquier persona después de lo sucedido con su ex, él tenía que ser especial y Bryon lo era a sus ojos. Lo que los despertó no fueron los sonidos normales de la mañana, más bien fue el celular de ella, que como había venido sucediendo esporádicamente, recibía un mensaje de su "ex", jurándole que no volvería a verlo, pero eso ella ya lo sabía, por eso estaba allí, sólo estaba terminando de cerrar el capítulo, ya lo asimiló y aceptó y simplemente quería dejar de recibir aquellos mensajes ambiguos de alguien quien en su confusión quiere llevarla al fondo del hueco donde él está. ¿Por qué tanto drama de su parte? Fue su decisión, no de ella, ¿Por qué los remordimientos entonces?. Ella le dió su celular a él y le pidió que respondiera de acuerdo a lo que él creía conveniente, así lo hizo, ella no supo que le respondió, sólo le dijo que le llegaron dos mensajes más, pero tampoco los leyó y tampoco contestó, él lo hizo por ella y se sintió mejor. Ella no le guarda odio, ni rencor, solo quiere cumplir sus metas, sus sueños personales, vivir un amor lindo, de corazón, como sólo ella sabe hacerlo y puede dar y formar una familia fruto de ese amor.Después del mal rato se bañaron y alistaron para ir a la playa, desayunaron bolón y café, luego caminaron, avanzaron casí hasta llegar a Montañita, entre risas, juegos y conversaciones sobre animalitos, en especial los perritos, seguro iban a tener uno pronto.Hubo algo que la llenó por completo, fue cuando se detuvo para decirle que no hacía falta que saliera el sol ese día, ella lo era, porque iluminaba y calentaba ese corazón que por tanto tiempo había estado frío. Se sintió linda, importante y sobretodo feliz. Por fin había cerrado el capitulo anterior y estaba dispuesta a abrir las puertas de su corazón nuevamente. Fueron a dejar las cosas en su habitación para poder ir a bañarse al mar. Y cuando pudieron hacerlo corrieron como niños, jugaron con las olas, avanzaron hasta donde no sentían la arena bajo sus pies. Sellaron con el mar la promesa de ser felices luchando día a día, por que el amor no es más que el fiel compromiso de dar lo mejor día a día, de luchar por cumplir las metas propuestas y éste crece cada día en corazones puros que están dispuestos a vivirlo.
Regresaron a la hostería muertos, a bañarse y alistarse para ir a Montañita, era un poco tarde pero aún no habían almorzado, y así lo hicieron, pasearon un poco y regresaron a Olón a descansar un poco. Aunque no pudieron hacerlo, empezaron a jugar 40, su juego de naipes favorito, lo quisieron hacer más interesante apostando prenditas, y así fue... Llegó la noche y había un bar en Montañita que ella anhelaba visitar para cerrar el ciclo. Comieron algo, pasearon, se saludaron con amigos de ella que nunca faltaban en esas épocas y ella estaba feliz, después de tanto tiempo por fin estuvo feliz. Fueron al bar, ella bebió y escuchó las canciones que necesitaba escuchar, luego tuvieron hambre (sí, otra vez) y fueron a comer pizza casí a las dos de la mañana, en el restaurante había una guitarra y el la pidió, cantaron, recordaron, se quisieron...
Tomaron un taxi de regreso a Olón, ella contemplando la noche rodeada por alguien que la quería y a quien ella quería, llegaron a la hostería, estaba cerrada, al parecer los dueños pensaron que ellos ya estaban adentro. Hicieron de todo para que les abrieran la puerta pero fue imposible, con un poco de miedo se fueron a la playa buscaron apegarse a un bote para darse calor, ella encontró un lugar aún abierto en ese lugar y compró una cerveza, regresó donde estaba y se abrazó a él, bebió, cantaron, se susurraron palabras tiernas, de esas que te suben el ánimo, de esas que te elevan y te hacen fundirte con la otra persona y luego solo durmieron. No fue mucho apenas tres horas y se despertaron con el amanecer, frío por fuera y caliente en sus corazones.
Muchas cosas terminan de la noche a la mañana, pero de la misma forma muchas nacen y cuando se las cuidan pueden hechar raíces indestructibles.
Regresaron a la hostería descansaron un par de horas más hasta que les tocó el turno de regresar a casa, esta vez comieron ligero y tomaron el bus de regreso, pudieron dormir aún más en el bus. Llegaron a su departamento, ella no había permitido que nadie entrara allí, es su casa, su lugar secreto, pero lo dejó, empezó a apostar y está convencida que esta vez será diferente. Cocinaron algo y luego el tuvo que irse, sus obligaciones al día siguiente así lo urgían, pero a pesar de éstas el sabía que al día siguiente más que una obligación tenía un compromiso y estaba dispuesto a hacer todo por cumplirlo, al igual que ella...
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martes, 11 de agosto de 2009
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