Desesperación

Tiemblan mis manos, tiemblan mis sueños, tiemblan mis días y me sumerjo en ese oscuro infinito en el que tu ya te acostumbraste a habitar, tiemblan porque tengo miedo de entrar una vez más.
No pertenezco allí, sin embargo todo me resulta familiar, las miradas, las paredes, los gestos, las palabras, todo! y se siente como una caja no mayor al tamaño de tu cuerpo, a pesar de ser de oscuro infinito y me repito una y otra vez que no quiero estar allí, que no merezco estar allí, que hago esfuerzos día tras día para rehusarme a acompañarte, porque prefiero que cambies de lugar, porque prefiero que empieces a ver sonrisas reales acompañadas de caricias de amanecer y rayos de soles infinitos que formen caminos llenos de color arco iris por los cuales puedas correr y llenarte los pulmones de aire nuevo, de magia, de la magia que solías tener cuando aún tenías esperanza, cuando aún creías en ti, cuando en el aleteo de un colibrí encontrabas melodías que recorrían tu piel, endulzaban tus oídos y extasiaban tus sentidos.
Ya no sé que hacer para ayudarte a salir de allí, quiero gritarte, quiero golpearte, quiero expresar físicamente mi desesperación, empecé metiendo mis manos en esa caja para agarrar las tuyas y sacarte de allí, pero te volviste pesado con el tiempo ahora siento que estoy a punto de estar totalmente dentro de esa maldita caja, algo aún me sostiene afuera pero no sé cuanto tiempo más durará. Las lágrimas se han domado, ya no salen si no se los permito y ultimamente tienen restricción absoluta, excepto cuando algún deshinbidor entra en mi organismo y casi dormida te confieso todo lo que realmente siento y lo mucho que me afecta tu estado, que en las noches aún no puedo dormir, porque prefiero estar despierta y verte a mi lado a quedarme dormida, porque tengo miedo de que al siguiente día no estés más y ahí si ocupe yo tu lugar en la maldita caja de oscuro infinito...