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miércoles, 2 de diciembre de 2009

El día en que todo cambió

Fue un sábado, 28 de noviembre del 2009 para ser exactos. Hablaré en primera persona, porque a pesar de que duele estoy feliz y agradecida por todo lo que ese día representó para mi.

Tempranito en la mañana fui a la iglesia para una charla para padrinos, por la tarde iba a bautizar al hijo de mi mejor amiga y adoración. Antes de que ésta empezara me contaron que te habían visto, para variar, con tus compañeras de trabajo a las que yo siempre llamé "amiguitas cariñosas" a pesar de que ni las conocía, creo que nunca fue necesario, y me confirmaron ese pensamiento, de hecho eran bastante cariñosas, te vieron feliz, y por dentro una vez más me sentí engañada, supongo que es el hecho de saber que para mi por lo general eran solo caras tristes, de frustración e incluso de aburrimiento, pero que se le va a hacer era como vivir la crónica de una despedida anunciada.

Luego empezó la charla, por lo general los sermones de las personas comprometidas a una religión me llegan a la mitad, pero esta vez si que me llegaron, hay muchas cosas en las que creo pero que dejé de lado por la satisfacción de estar a tu lado sin importar el precio, claro en días anteriores ya me había quitado el antifaz que yo sola me puse y acepté que era una adicta a ti, inclusive cuando ya no me dabas nada. Después de tanto repetirme que debo renunciar a todo contigo, sólo le pedí a Dios que me de fuerza, paciencia y mucho amor para llenar mi corazón otra vez, para no sentirme tan sola y para aceptar que tu seas feliz lejos de mi.

Desde esa mañana decidí cambiar todo, volver a mis raíces, a mis creencias, a todo lo bueno que yo sé que soy capaz de hacer y vivir. Con el corazón chiquito alcancé a llegar a casa de mi mami, ella no estaba y me di el tiempo de llorar un ratito, cuando llegó almorzamos juntas conversamos un ratito y luego nos fuimos a acostar le conté lo que me pasaba, lloré con ella tratando de limpiarme el corazón, tratando de alejar todo de mi corazón y de mi cabeza. Se que no podré olvidarte, fuiste algo demasiado importante en mi vida, pero por lo menos ya renuncié a ti y a todos mis sueños contigo, dentro de un tiempo podré verte y espero de corazón que estés bien, que hayas superado tus problemas y seas feliz o por lo menos lo intentes de corazón.


Regresé a mi depar a bañarme y cambiarme, a ponerme formalita para el bautizo de mi Mati, se me hizo tarde (para variar), así que tomé un taxi, jamas me hubiera esperado que sucediera lo que sucedió, desde que me embarqué el Sr. Emiliano Ruiz, taxista de profesión (pero me late que es un angelito enviado por Diosito) me saludo de una manera super atenta, como ya no lo hacen los taxistas, le dije a donde me dirigía y casi a los 2 minutos me dijo lo siguiente y así empezó esta conversación:


Emiliano: Mi niña, le puedo pedir un favor?
Yo: Claro, digame
Emiliano: Puede rezar un padre nuestro por mi?
Yo: si claro, le pasa algo?
Emiliano: No, pero sé que usted es una niña muy linda por dentro y sé que lo va a hacer. Porque usted es de las personas que se saca el pan de la boca para dárselo a los demás, porque usted entrega el 100% de su corazón en todo lo que hace y eso la hace muy linda de corazón.
Yo: Gracias, pero cómo sabe usted todo eso? (no sé ni por qué lo pregunté)
Emiliano: Tan sólo si me equivoco deme en la boca
Yo: "risas" no no creo
Emiliano: Usted está soltera ahorita verdad?
Yo: Si (y por dentro me decía, más que soltera abandonada y vacía)
Emiliano: Mi niña espero que busque a un hombre, no importa si no es tan guapo, pero que sea trabajador, sincero, que la quiera mucho, la valore por lo mucho que usted vale y sobre todo que luche con usted por cumplir sus sueños. (A este punto ya tenía lágrimas en mis ojos).
Yo: así lo voy a hacer.
Emiliano: Y por último quiero que me haga una promesa (ya estábamos bastante cerca)
Yo: umm digame
Emiliano: No entregue más del 60% de su amor y el 40% restante déjelo para usted, lo necesita. Me lo promete?
Yo: Se lo prometo!
Emiliano: (me extiende su mano) Estoy tranquilo porque sé que usted si cumple las promesas.
Yo: Si la voy a cumplir.
Emiliano: Bueno mi niña, la dejo en la casa del señor, que tenga un buen día y por favor no se olvide de lo que conversamos.
Yo: Muchas gracias, que usted también tenga un buen día...

Cómo olvidar tamaña conversación, si fue una experiencia inolvidable, un completo extraño que me dice justo lo que necesitaba escuchar.

Entré a la iglesia y Majo me estaba haciendo de la mano indicándome donde estaba nuestra banca. Vi a mi gordo más bello que nunca en su traje blanco, como un angelito. El acto siguió su curso normal y por dentro mi corazón empezaba a latir diferente, más contento, más tranquilo, más amado. Recé el padre nuestro por Emiliano y le pedí a Diosito que lo cuidara.

Fuimos a comer en familia, aunque no pertenezco del todo ahí, me siento una de ellos, luego a casa, nos tomamos dos cervecitas con el esposo de Tatiana y un amigo y luego me fui al depar, tenía que arreglarme, a las 11 Gise pasaba por mi para irnos a una fiesta donde empezaría otra historia, que por lo que parece hará que los colores de está página sean más alegres y brillantes...

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