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sábado, 1 de mayo de 2010

Delicioso cansancio

Ya va más de un mes desde que está con él y aún no se lo puede creer, lleva horas de sueño incompletas y kilómetros de viaje en aumento, el cansancio está presente a cada hora del día pero no le importa, está dispuesta a desgastarse en esa rutina que sin ser odiosa le resulta exquisita. El haber perdido mucho tiempo en el pasado le hace pensar a las personas en redestinar sus segundos a nuevas actividades, en su caso lo que logró fue hacer que viviera cada uno como si fuera el último, logró que apostara sin miedo a perder, total ya lo había perdido todo, bueno no todo, su escencia pura y perfecta se mantenía y estaba dispuesta a hacerla brillar las veces que fuera necesario. Y así en ese vaiven de actividades, entre el trabajo, sus obligaciones familiares y su nuevo amor se enganchó en un viaje diferente.

Su rutina cambió, ahora dormía en casa un día si un día no, se iba de viaje un día si un día también, si era necesario, no sabía si era producto de la oxitocina que generó su cuerpo al fusionarse con el de él o si era la simple necesidad de gastar los minutos sintiéndose como más le gustaba... amada, lo que hacía que corriera tamaño riesgo. Ya no desayunaba todos los días en casa, o por lo menos no en la de ella, le encantaban los sanduches light que él le preparaba, no solo por su sabor en sí, sino por la atención que le brindaba y cómo la recorría a besos mientras se lo desayunaba, esa mezcla de sensaciones placenteras la convirtió en adicta una vez más. A pesar de estar consciente de lo peligroso que resulta siempre ese tipo de adicción, se sumergió una vez más en ese oceano de sentimientos y sensaciones que alegraban sus días.

Lo más delicioso era despertar y verlo allí, junto a ella, abrazandola, diciéndole sin pronunciar palabra que estaba allí con ella y que no la dejaría ir, bueno metafóricamente porque al despertar tenía que correr a dejarla para que tomara el bus que después de 3 horas la dejaría en su ciudad para que siguiera con el ritmo diario de vida que aún no se podía alterar, el trabajo. Se acostumbró a mimarse después de cada viaje con un moccachino de Sweet & Coffee con azucar morena, era como una pequeña celebración por lo feliz que la dejaban esas noches.

Sus días eran cada vez más largos, no porque las horas se hayan alargado sino porque pasaba despierta más horas de las acostumbradas y es así como su cansancio iba en aumento, pero no importaba los fines de semana podía recuperar las horas de sueño perdidas y eran más deliciosas porque ya estaba él con ella para recuperarlas juntos y al despertar el olor del cafe recién pasado en su cafetera la hacía sonreir... Cafeina para aplacar un delicioso cansancio...

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