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martes, 21 de julio de 2009

Pequeños momentos de felicidad

Es difícil imaginarse que alguien pueda estar bien cuando recién termina una relación que marcó varios años de su vida. Muchas personas no tienen la madurez suficiente para aceptarlo, otras simplemente están resignadas a que todo en esta vida es una ruleta donde a veces estás en la cima y otras estás en la parte más baja, creo que todo forma parte de un gran proceso en el que se aprende, se vive, se siente, que duele pero que a la larga tiene sus recompensas. Ahora estoy en esa parte de la ruleta en la que todo duele, en la que sientes como si un elefante se sentara sobre tu pecho cada vez que recuerdas y aunque parezca raro sigo teniendo pequeños momentos de felicidad. Vamos que tampoco soy una depresiva, basta con mirar una sonrisa inocente de un niño cuando hace una picardía, o cuando te levantas y ves colarse por la ventana rayos de sol que te llenan de energía, o cuando te das cuenta de que tu sonrisa ayuda a otras personas a sentirse mejor. Mis pequeños momentos de felicidad son sobre todo cuando veo la sonrisa de mi mami cuando llego de visita a su casa, se ilumina su carita e ilumina todo alrededor, son cuando mi hermano se prende de mi cuello y me deja sin respiración, o cuando llego a casa y mi Azaléia se viste de rosa para recibirme. Y en estos días quien me ha dado muchos pequeños momentos de felicidad es como el mismo se denomina mi payasito oficial, a pesar de las veces en las que parece niño chiquito, o cuando hace todo lo contrario a lo que le digo, siempre siempre logra sacarme una sonrisa. Sabemos que ambos tenemos los corazones rotos, que somos demasiado diferentes, que tenemos prioridades distintas, pero hemos encontrado la forma de darnos esos pequeños momentos de felicidad que de a poco los van a ir sanando. Mil gracias por estar siempre ahí Gio ;)

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