Caprichos

Desearía llevar conmigo a todos lados, todo lo de aquí, pero, ¿cómo lo haré?, ¿Cómo podré empacar en una caja pequeñita la enormidad de besos de sabores y de todos los tamaños que me das? ¿Cómo podré llenar un sachet de tus besos con sabor a café que me drogan cada día, y disolverlos en agua que caliente mi corazón por las mañanas en las que no te veo? Una voz no puede llevarse la lengua y los labios que le dieran alas.

¿Será mi crepúsculo realmente mi amanecer? Y tu te convertirás en más que un simple amante de besos dulces y caricias entregadas, serás más que una piel extraña de suave textura y te convertirás en aquel ser por el cual mi corazón se convierta en un viñedo cargado de frutas que yo recoja para entregártelas? ¿Fluirán por mis venas los deseos como una fuente para llenar tu copa? ¿Seré un arpa bajo los dedos del señor o una flauta a través de la cual pase su aliento y te bendiga con tanto amor y pasión? Buscadora de silencios soy, silencios que te cuenten vidas enteras en miradas directas y amorosas, silencios que se lleven las malas experiencias y llenen mi corazón al punto de sentirlo estallar de alegría.

Hace poco fue mi día de cosecha, pero, ¿en qué campos había sembrado mi semilla y en qué estaciones sin memoria? No lo supe hasta que lo que se suponía cosecharía no estaba, alguien más se me había adelantado y arrebatado. Siempre fui humana y débil y lo único que siempre pude hacer fue seguir, avanzar y sobrevivir, una tras otra me llegaron las desgracias y yo sólo seguí, y hoy sigo caminando, ya no sola como hasta unas semanas, pero lo sigo haciendo, con una mirada distinta, con un corazón más limpio.

Tu has sido un medio día en mi crepúsculo y tu juventud me ha dado sueños para soñar nuevamente, ya no eres un extraño para mi y sólo pido que no sufran mis ojos el hambre de tu rostro, no ahora que estamos empezando a construir, no dejemos que el mar nos separe ahora, ni que los años que pasaremos juntos se conviertan algún día en un recuerdo. Tu llegaste como un espíritu en mi y tu sombra ha sido una luz sobre mi rostro. He empezado a quererte mucho, nuestro cariño no tiene palabras, está más lleno de silencios, de esos que me llenan y vacían a la vez. Las gracias son infinitas, así como lo son tus besos que tanto anhelo, quisiera finalmente poder estar donde estás, pisar el mismo piso y dejar mis huellas al lado de las tuyas, sí, ya sé que debo esperar, que el tiempo se acorta y pronto podré hacerlo realidad, hasta eso seguiré llenandome de los recuerdos que dejaste en días de fin de semana, de café negro, de melodías conocidas, de imagenes en blanco y negro, de dulces encuentros y tristes despedidas...